SIN NORTE EN EL SUR
Boca cayó derrotado 2-1 contra Lanús en la Fortaleza con goles de Walter Bou y Augusto Lotti para el granate y el descuento sobre el final de Lucas Blondel. Fue un castigo al flojo primer tiempo junto a la falta de definición en el segundo y un duro golpe a una semana del Superclásico.
El xeneize sufrió la primera derrota del año ante el granate, donde el fútbol premió al equipo que aprovechó al máximo sus oportunidades. Un resultado sumamente incómodo para los dirigidos de Diego Martínez, pero que para nada fue inesperado, porque puso de manifiesto las debilidades que venía exhibiendo en sus anteriores presentaciones.
Esta vez la defensa quedó desacomodada y estirada como un chicle usado cuando Walter Bou se coló en el medio y dio el primer golpe. El segundo tanto de Augusto Lotti dejó la reacción de Boca totalmente evaporada en su errática eficacia. Ante el revoleo de modificaciones boquenses, Lucas Blondel descargó la impotencia sellando el 1-2 con un fortísimo remate que solo sirvió para decorar el resultado final.
Era una vara interesante la que le proponía Lanús en La Fortaleza, que venía de tres victorias consecutivas. No solo Cristian Lema recibió el abucheo de los descorazonados granates. El equipo de Ricardo Zielinski decidió transformar al partido en una batalla de pierna fuerte, se aplicó en cortar el circuito del mediocampo y presionar bien arriba con el despliegue del colombiano Raúl Loaiza y Luciano Boggio, con Felipe Peña Biafore cuidando sus espaldas, mientras Julio Soler desbordaba por su lateral. Su accionar fue tan preciso como el de un cirujano y desdibujó rápidamente al elenco boquense.
Kevin Zenón nunca se sintió cómodo en ese primer tiempo, mientras que los preolímpicos Cristian Medina y Equi Fernández, quien reemplazó a Pol Fernández lesionado que se perderá el duelo ante River, luchaban para readaptarse al mundo boquense con Campuzano correcto pero muy descoordinado en un doble cinco que nunca hizo pie. El eje de ataque por izquierda Saracchi-Janson nunca logró la conexión necesaria. El ex-Vélez solo atinó a un cabezazo para llevar peligro a un seguro Lucas Acosta, mientras que Merentiel debió conformarse con remates desde afuera del área, eran los intentos individuales de un equipo largo, muy impreciso en los pases, sin capacidad para recuperar la pelota ni establecer una conexión coherente entre sus líneas.
Para ese entonces, Bou aplicó la ley del ex para colarse entre la desacoplada zaga central y acabar con los 301 minutos sin recibir goles de Sergio Romero, tras un gran pase entre líneas de Loaiza dejando en el camino con una finta al Equi. Desde la ventaja, Lanús no tuvo muchas más chances más, pero dominó a placer el devenir del primer tiempo e incluso pudo aumentar la distancia cuando Walter invadió la tierra del área grande, pero se encontró con la resistencia a tiempo de Chiquito.
Boca mejoró su imagen en el complemento. Cambió la actitud anodina previa del equipo y Martínez reacomodó las piezas en ofensiva. Medina, más suelto y Zenón fueron más por el centro, con los laterales más adelantados y los ataques recostados por la derecha. Lanús sintió el esfuerzo de la primera mitad y se abroqueló en el área. Tuvo varias oportunidades de gol, siendo el mano a mano de Lucas Janson el intento más certero para el empate, pero su definición se quedó en el cuerpo de Acosta.
Edinson Cavani regresó al campo de juego, aún con la pólvora mojada. Falló un cabezazo en el borde del área chica, y una definición en offside culminó estrellada en el palo derecho. Advíncula remató cruzado a las manos del arquero. Ezequiel Bullaude representó cabalmente la desesperación colectiva de no tocar de primera y pecar de un traslado excesivo de la pelota y con mucho retroceso ante la falta de espacios. De esta forma, la posible intensidad que Boca quiso imprimirle a su juego resultó muy improductiva.
Por el contrario, el anfitrión supo aprovechar la única que generó en ese lapso y atestó el golpe definitivo. Llegó una nueva recuperación del uruguayo Boggio, mientras los ingresados Rodrigo Carrera con su centro atrás y el ímpetu hacia la red de Augusto Lotti pusieron el segundo gol a los 31 minutos. Los viejos soldados provenientes de la etapa tucumana de Zielinski le respondieron con creces cuando comenzaban las dudas granates. Luca Langoni ingresó con el partido ya quebrado, en el naufragio de la falta de gol y la circulación bucólica de la pelota mientras el entrenador xeneize enrocaba sus laterales con Blanco y Blondel a la ofensiva desesperada. En ese maremoto llegó el descuento tardío del 42 xeneize.
Por ahora los retazos de juego no le alcanzan al xeneize y la practicidad de Lanús jugando el partido con intensidad y dientes apretados dejó al descubierto todas las falencias de los dirigidos por Diego Martínez en este mes intenso y plagado de partidos. No se trata de merecer o no perder sino de que el equipo no encuentra su rumbo y quedó «desnortado» en el Sur del Gran Buenos Aires. A Boca lo maniataron tanto que se pudrió entre la impotencia y la alarma de estar fuera de los clasificados de su zona con un Superclásico en el horizonte.
PODIO
3° Jorman Campuzano (5): Dentro de un mediocampo superado y desbordado por su rival, el colombiano intentó aportar el quite para contrarrestar el movimiento granate en esa zona. Estuvo poco acompañado por el Equi y su doble cinco se lo notó muchas veces descoordinado. Debió ser reemplazado por el riesgo de ver una segunda tarjeta amarilla. Regular en un equipo muy irregular.
2° Kevin Zenón (6): Marcado a todo momento por Raúl Loaiza en el primer tiempo, pudo liberarse un poco en el complemento sin incursionar tanto por los costados. Todas las llegadas de Boca tuvieron una intervención suya pero esta vez no pudo desequilibrar como en los partidos anteriores. Boca deberá tener algún remedio cuando su figura queda encerrada en la marca rival.
1° Luis Advíncula (6): Su lateral no sufrió muchas complicaciones y logró soltarse del todo en el complemento. El mayor peligro llegó a través de sus centros y remates cruzados, obligando al arquero de Lanús a revolcarse un par de veces. Esta vez no tuvo el acompañamiento del resto del equipo, pero el peruano cumplió cuando lo llamaron a tomar la batuta del ataque.