EN EL MEDIO DEL CAMINO

Boca igualó 1-1 con River en el Monumental. Logró levantarse del gol de Pablo Solari al inicio del complemento con una gran jugada colectiva que culminó Cristian Medina hacia la red. Un empate con un mediocampo novedoso, merecimientos con pocas llegadas y la sobrepoblación de laterales del final.

Boca se llevó un empate del Superclásico con sensaciones encontradas. Por un lado, la satisfacción de reaccionar ante el resultado en contra y saber sortear la presión inicial del poblado mediocampo de River. Por el otro, que no le alcanza con una medianera de buenas intenciones si no tiene el empuje ofensivo para plasmarlo en resultados más positivos y necesario.

Le costó hacer pie para ajustarse al pressing bien arriba que le proponía River. Equi desconectado de su función de marca, dejaba espacios peligrosos en donde la banda roja colaba su fútbol. Fueron 15 minutos de zozobra, con un remate en el palo incluido de Franco Colidio, tras un bonito sombrero a Advíncula. Esto incluía a Sergio Romero, quien tuvo tres lanzamientos directos al lateral, lo que reflejaba la incomodidad inicial de los de azul y oro en Núñez.

Más allá de la posición en la tabla, por ahora alejada de los clasificados, Boca tenía una materia pendiente en los Superclásicos. Era necesario que demostrara ese carácter que le faltó en compromisos anteriores. Este se materializó a partir de los 20 minutos en distintos aspectos: Lema puso el cuerpo y marcó territorio, Medina la pidió en todo momento, Equi comenzó a hacer pie en su zona, Saralegui desplegó la desfachatez con un remate que se fue cerquita por arriba y Blanco hizo del desborde su religión, sin un profeta que la empuje al gol. Pequeñas grajeas que alcanzaron para emparejar el desarrollo de juego.

Cuando Nacho Fernández quiso ganar el partido psicológico que generó muchas faltas de Boca con las consecuentes amarillas, el xeneize pudo contrarrestarlo desde una actitud diferente de sus protagonistas.

La falta de gol se vio reflejada en una delantera que no pudo o supo estar en el momento justo para culminar las jugadas.  Cavani y Merentiel nunca pudieron estar en el momento justo cuando el equipo lo requería, más allá de ser la primera línea de recuperación. Poco para las expectativas generadas por los uruguayos. La realidad es que Boca no tuvo oportunidades claras y sus atacantes no lograron estar en el área de gol. Ante tantas posiciones extremas, a veces es bueno confiar en el medio, donde Medina parece sacar a relucir su mejor versión.

El segundo tiempo lo tuvo a Boca adelantando las líneas y desde allí surgió un error que le costó caro. Advíncula deja corto un rechazo aéreo que le queda a Paulo Díaz quien habilita en la carrera a Pablo Solari. Romero logra detener su primer remate, pero se pasó de largo en el rebote y el chico de Arizona aprovechó para establecer el 1-0 parcial.

El equipo de Martínez no desistió de sus intenciones. Controló la pelota y la circuló a través del pase a ras del piso. Los entrenadores comenzaron a meter mano en forma curiosa. Demichelis desarmó lo que andaba bien: sacó a un correcto Yacaré Herrera por el uruguayo Sant’Anna, el pibe Echeverri se iba por el más combativo Fonseca. El ex Defensa y Justicia dejó el hueco por el que Lautaro Blanco, tras una sesión interesante de pases laterales, dio el pase de la muerte. Medina pisó decidido el área y su remate culminó en empate. El laboratorio xeneize sacaba a relucir su nuevo experimento exitoso.

Quizás por cansancio o para reacomodarse ante la igualdad, Martínez, como indican los tiempos actuales, puso más extremos y se volvió más conservador. Medina y Saralegui, sus mejores espadas, fueron reemplazadas por Valentini y Blondel. Blanco y Advíncula más sueltos, al que se le agregaría Fabra posteriormente. Boca perdió frescura y se acomodó al empate cuando el trámite le pedía crear fútbol desde sus intérpretes en el medio. Nuevamente, no hubo ningún goleador en los momentos claves para recibir la pelota en el área. Cavani dejó la cancha sin chances de gol y Benedetto tampoco las hizo en sus pocas oportunidades. Merentiel tampoco pudo empujar otro desborde exitoso de Kevin Zenón tras el error de Colidio. El ingresado Fabra pudo reivindicarse, pero no pudo con la salida de Armani. Boca culminó con un exceso de laterales sin los medios que fueron su mejor arma. Quedando 15 minutos, Boca no supo aprovechar el juego que le proporcionaba Medina.

Por el lado riverplatense, hubo un cabezazo de Borja resuelto por Sergio Romero en dos ocasiones ante el rebote capturado por Sant’Anna. Franco Mastantuono, con solo 16 año, lanzó un derechazo de sobre pique sobre el final que se fue por encima del travesaño. La personalidad del arquero también impuso condiciones ante el nerviosismo del colombiano ante la impotencia de la igualdad para los locales. El tiempo adicional se pasó entre las protestas, dejando el juego mental había cambiado de manos: Boca más aplomado y River más incómodo.

El empate que dejó a Boca en el medio del camino en la Copa de la Liga Profesional, dejando una mejor impresión que la semana pasada ante Lanús. Estuvo a la altura del Superclásico en cuanto a lo actitudinal y por momentos, apareció el fútbol que quiere practicar Martínez. Sin embargo, no parece alcanzar para avanzar en los metros finales. A los méritos se los respalda con goles, algo que al xeneize le está costando puntos vitales. Está a tiempo si Medina toma la conducción en ese medio hacia el camino.

PODIO

3° Jabes Saralegui (7): Se hizo dueño de la banda derecha. Supo cortar pases en posición ofensiva y se mostró como una rueda de auxilio. No le pesó para nada su primer Superclásico. Durante el segundo tiempo mantuvo su nivel y fue reemplazado por Blondel. Su presencia se sintió cuando Boca apostó por la multiplicidad de laterales.

2° Lautaro Blanco (7): Su lateral fue la autopista de ataque que eligió Boca. Siempre desbordando y colocando pases gol, aunque no siempre con el receptor indicado. Logró su primera asistencia en la jugada colectiva que culmina Medina con el 1-1. Parece asentado en la titularidad con estas actuaciones.

1° Cristian Medina (8): El fútbol de Boca pasó por sus pies. Se hizo dueño del mediocampo tras los primeros minutos y nunca soltó la manija del encuentro. Gran definición a la red para la igualdad xeneize. Cuando Boca tenía todo para dar el golpe triunfal fue reemplazado por el central Nicolás Valentini. Está claro que su mejor versión es la que se ubica en el medio, como cuando irrumpió hace tres años en el equipo de Miguel Ángel Russo.

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