El análisis de una victoria superclásica

Boca jugó el partido cómodo en todo momento ante un River que quiso sorprender desde la pizarra, pero se embarró en los cambios y no le encontró la vuelta. De pelota parada llegó el gol que marcó el resultado.
Boca jugó el partido cómodo en todo momento ante un River que quiso sorprender desde la pizarra, pero se embarró en los cambios y no le encontró la vuelta. De pelota parada llegó el gol que marcó el resultado.
La sorpresa terminó facilitando el plan de Ibarra. Como explica @EstebannSanchez Pol se movió a la derecha para tapar a Casco y Boca emparejó con ventaja en defensa.
Gallardo queria sorprender y complicar con laterales altos e Ibarra respondio con naturalidad, solo moviendo a Pol a la derecha. Problema solucionado
Luego habia que salir a presionar alto para que River saltee y tambien paso. Boca gano siempre y aislo a los puntas de River— Pancho (@EstebannSanchez) September 12, 2022
River quedaba con 5 jugadores en salida: los tres centrales, Enzo Pérez y De La Cruz como doble cinco. Sin profundidad en los carrileros, los tres de ataque encerrados por el sistema de Boca. Y River terminaba con pelotas largas perdidas por delanteros sin altura.
El sistema de River facilitó así la presión de Boca porque
1 Tenía demasiados jugadores detrás de la línea de la pelota
2 Langoni no necesitó retroceder con casco y pudo armar una jaula de Pipa, Langoni, Payero Ramírez, para encerrar al doble 5 y dejar a River sin juego.
Eso obligó a River a jugar en largo, perdiendo contra los centrales. Y también a quedar vacío de juego interior. El centro de la defensa de Boca estaba liberado, y River no podía crear juego, porque tampoco ganaba las espaldas.
Los carrileros de River no fueron profundos. Los dos puntas terminaron por fuera, pero en el área no había casi volantes que llegaran con capacidad de gol. Apenas De La Cruz era ese volante, pero jugaba muy atrás. Y Quintero, lejísimos del área.
Los de arriba quedaron aislados, expuestos. Suárez: 29 toques, 8/13 pases, 12 pérdidas, 0 gambetas, 0 remates. Juanfer: 20 toques, 9/14 pases, 8 pérdidas, 0 gambetas, 0 remates. Solari: 8 toques, 2/6 pases,5 pérdidas, 0 gambetas, 0 remates.
La única ocasión de gol de River fue con el gran centro de Juanfer, cabezazo de Mammana y la aparición de cada partido de Rossi, que sigue en un nivel impresionante.
¡Siempre Rossi! El arquero de Boca ya tuvo una gran atajada en el #Superclásico.#SuperclásicoxTNTSports pic.twitter.com/kTd01IUWxI
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 11, 2022
Para eso, un partidazo de Figal y Rojo, los centrales de Boca. Los delanteros de River eran para jugar de frente y asociados, pero jugaron de espaldas y chocando. Y ahí salieron ganando siempre los defensores.
https://twitter.com/i/status/1569116656147775495
Probablemente el jugador que simbolizó el clásico fue Rojo, que anticipó muchísimo, imponiendo en ese primer tiempo a un Boca ganando terreno, sosteniendo al equipo en la presión. Y que en el segundo tiempo fue sostén de la resistencia.
Pero además a River no le sirvió ese sistema para solucionar su principal problema defensivo, algo que había marcado @robaboian_ y equipo: la distancia entre líneas en el retroceso.
Con @MatiForciniti analizamos para #ESPNEquipoF las falencias defensivas de River y Boca.
En primer lugar, la sección del equipo de Gallardo: se liberan espacios en el sector de Enzo Pérez al momento de la presión y, a su vez, presentar distancias entre sus jugadores. pic.twitter.com/0aIba9MpcT
— rob aboian (@robaboian_) September 7, 2022
Desde esa presión que se impuso especialmente en los primeros 25′, salían los volantes de Boca para llegar con espacio atacando las espaldas del doble cinco y los carrileros, llegando de frente contra los centrales. Ahí le faltó claridad para finalizar.
En ese punto, como marca @VicenMuglia en Olé «Payero como sombra de Enzo Pérez y Ramírez no abierto por la banda sino como un interior para tomar a De la Cruz en fase defensiva y ganarle la espalda en la transición ofensiva». Los de Boca ganaron la espalda de los de River.
Los dos hicieron un gran partido desde el bloqueo del medio rival y las transiciones con diagonales a sus espaldas, pero les faltó claridad en el pase final y, sobre todo, en las opciones de remates, donde fallaron.
Ese primer tiempo terminó con 55% de posesión para Boca, con 194 pases (73% de acierto). River sólo tuvo 45% de posesión, 161 pases y apenas 63% de acierto en los pases. La presión de Boca fue la clave.
En el entretiempo Gallardo hizo 3 cambios para corregir. Aliendro, Barco y Borja x Herrera, Quintero y Solari. Boca hizo retroceder a Langoni con Casco en un 4141/4231 defensivo. River ganó la pelota, pero no la profundidad.
River buscó un cuadrado en el medio, alternando entre el cuadrado con dos en salida y dos por delante y el rombo. Langoni retrocedía con Casco. Y River no lograba filtrar pases entre líneas.
River tenía la pelota (66% en los primeros minutos), circuito interno, dos delanteros por dentro y una ausencia total en la derecha, donde había quedado Paulo Díaz de lateral, no tuvo volante ni extremo abierto por esa banda, facilitando el repliegue de Boca.
La ventaja de Boca ante la presión de River estuvo en Fabra. Porque River igualaba duelos pero dejaba a Fabra contra Paulo Díaz, permitiéndole avanzar. Ahí llegó la más clara de Boca con un centro a Pol, con los volantes llegando. Atajadón de Armani.
Y de ese córner, el cabezazo de Benedetto. Entraron Pipa y Rojo libres. Pipa rompió la mala racha y apareció en el momento justo para poner el 1-0.
Luego de 10 partidos sin convertir, Pipa Benedetto vuelve al gol nada menos que en el Superclásico. ????pic.twitter.com/mqlRTQIRyh
— Sudanalytics (@sudanalytics_) September 11, 2022
Había entrado Briasco x Langoni, y Gallardo mandó a Palavecino por la lesión de Aliendro y a Beltrán por Suárez. Y con la desventaja, River tuvo más la pelota y la responsabilidad.
Eso duró apenas unos minutos. Porque Ibarra agregó a Zambrano por Payero (también Medina x Ramírez a misma posición) para tener superioridad en defensa contra el doble 9. Briasco tapaba a Enzo Pérez. Y Pipa contra los tres centrales. River atacaba con 6 contra 8.
En ese tramo, la posesión fue casi absoluta de River, pero nuevamente sin profundidad ni llegadas. En el 2T tuvo 290 pases (84% acierto). Tiró 10 centros y no acertó ninguno, 5 intentos de remate, 1 al arco, 2 desviados, 2 bloqueados. Chocó contra la pared.
En Boca, una cesión total de la pelota. Apenas 89 pases (64% acierto), pero con 11 despejes, 6 intercepciones y 10 entradas. Y aún en esos momentos, logrando 3 remates, 2 al arco, 1 desviado, y un centro-arco peligroso de Molinas al final.
¡A las nubes! El Pipa Benedetto asistió de taco, pero el remate de Pol Fernández se fue muy desviado. Boca no pudo meter el segundo en el #Superclásico.#SuperclásicoxTNTSports pic.twitter.com/20BR5Ohy1j
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 11, 2022
Boca logró construir el triunfo desde la solidez defensiva, la presión intensa, la imposición de condiciones y un partido siempre al ritmo que eligió Ibarra. Con pocos goles esperados (Boca 0,55 y River 0,24) y siempre con el control del juego.
El otro atenuante de la victoria, el rol de los juveniles en el xeneize. Medina, Varela, Molinas, el mediocampo del final, y Vázquez como punta.
El planteo de Gallardo fue sorpresivo y no le resultó. Y los intentos de correcciones tampoco encontraron la vuelta. Con pequeños ajustes, Ibarra logró en cada momento imponer condiciones y generar ventajas para Boca. Y al final, a sostenerse sin sufrimiento.