El mítico encuentro

A lo lejos tu imagen se refleja en mis ojos, que envían un emisario llamado satisfacción a mi cerebro, que tanto la pensó, la soñó, que deseó ese encuentro tantas veces frustrado por la distancia o ese billete esquivo que nunca llega a tiempo, para iniciar el viaje.

El cerebro es el gran protagonista de ese momento, llamó a dos amigas: la adrenalina y la noradrenalina. Y esta vez no les pediría ayuda para una huida, o una situación de alerta, sino para acelerar el pulso y activar las piernas, que nos acercarán a ella, que yacía imponente.

A medida que me acercaba tu imagen se agigantaba cada vez más, mientras el pulso tocaba límites queriéndose disparar a una arritmia de felicidad.

Las piernas tomaban un ritmo de velocista de cien metros llanos, para que el encuentro se haga por fin realidad.

Otros feligreses caminaban a paso rápido, siguiendo ese mismo credo a esa mítica Meca, que tantas veces, nos hemos visto dentro, gritando, cantando y porque no haciendo el gol de nuestras vidas.

El del control ve reflejada tu sonrisa que no oculta una dicha contenida, por años donde la pasión se conformaba con un sonido de una radio o una imagen que en general distorsiona la realidad por un odio que traspasa la pantalla.

Es solo un paso para un hombre, cargado de tensión, nerviosismo y felicidad plena .

Entras en sus brazos llenos de recovecos y escalones donde brotan la historia, las hazañas y la mística, de sus paredes que te hablan a cada zancada.

Relatos de partidos se sienten al oído y bien profundo en mi interior. No siento el cansancio, solo subo y subo buscando ese cielo verde que produzca el verdadero encuentro con su corazón.

Queda un solo paso, mi cerebro ve el desorden y decide llamar a su tropa de hormonas y mediadores químicos y les da una pequeña charla técnica de pocos segundos, vos Ruffini (sensor del dolor)  hoy hacés banco y vos Krause (sensor del frio) quedaste fuera del banco, sabes que acá en esta cancha el frío no existe.

Vos serotonina jugas delante, de 9 de área, ahí de faro, todas nuestras esperanzas están en vos y el delantero de punta, brasilero endorfinha. Vamos a disfrutar, abramos todos los sentidos y vivamos el momento.

En un instante ahí estabas frente a mí, con tu corazón abierto azul y oro, tu verde césped, que me reflejaban las gambetas de Rojitas, los caños de Román, los goles y las muletas de Martin, y allá colgados del alambre el gran Bati , Alfredo y Cabañas.

Los laterales tenían las marcas de los cruces de Pernia, Hrabina y Blas.

Mi mirada giró hacia la 12 y Carlitos corre gritando un gol, mientras Diego espera para beso eterno.

Son tantas emociones juntas, tantos recuerdos que salían de un radio pequeña pero con un relato inmenso, pero el día llegó, y el encuentro demostró que el amor era, fue y será para toda la vida.

Te quisieron jubilar, sacarte el alma de una pelota rodando por tu vientre, sacarte el grito de gol que retumbe en tus entrañas, y parar tu latido mágico, pero vos nos tenés a nosotros, los soldados templarios, que nunca te dejaremos sola y en silencio.

Feliz Cumpleaños Bombonera de Buenos Aires

Ruben Mingroni

La medicina y Boca Juniors son mis dos pasiones. Papa x 2. Columnista de medicina en Cadena Xeneize.

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