Zárate: la mejor noticia del debut

Mauro Zárate no nació para jugar en Boca. Si lo hubiese hecho, habría llegado mucho antes a ponerse la camiseta que acaba de estrenar a miles de kilómetros de La Bombonera y del ruido que generó su decisión de apostar en grande. No. No nació, pero sí maduró lo suficiente para hacerlo de la mejor manera, y en su primera vez con la azul y oro dejó una sensación de haber llegado a tiempo.

Con el número 19 en su espalda, se paró como un enlace comprometido a buscar la pelota incluso en su propio campo y desde los primeros minutos. Así fue que tuvo sus primeros contactos con el balón recuperando y con intenciones de acelerar los ataques de su equipo. 

Durante los 15 minutos en los que Boca monopolizó la pelota hasta terminar dando vuelta el resultado, Zárate fue el eje de todos los ataques. Primero habilitando a Wanchope para dejarlo mano a mano con el arquero y que éste se tirara a la pileta, luego abriendo para Villa una jugada que terminó con un centro intrascendente. Minutos más tarde, ensayando un slalom desde atrás de mitad de cancha. 

A los 15, recibió de Villa afuera de la media luna, controló, amagó y sacó el remate de rastrón, apuntando al palo y con quirúrgica precisión para poner el 1 a 1. Primer tiro al arco y primer gol. En la jugada siguiente, pivoteó para que Villa culminara su jugada estelar y pusiera el 2 a 1. 

A partir de allí, no hubo necesidad de mucho más. Boca se había adueñado del partido y Mauro había sido una de las principales razones. Sobre el comienzo del complemento, un tiro libre suyo se fue apenas por arriba y tras una hora de partido le dejó su lugar a Carlitos Tevez. 

Un debut más que auspicioso, que confirma el entusiasmo que el cuerpo técnico deja entrever por el nivel que le ven en los entrenamientos desde la tranquilidad de la pretemporada.

Su llegada puede compararse con la del Chelo Delgado, allá por el año 2000: un crack probado al cual tal vez el equipo no lo necesitaba por funcionamiento, pero sí por jerarquía para sumarse a un grupo que -hasta aquí- ha estado falto de esa característica en los partidos más importantes. El equipo de Bianchi que vio llegar al ex Racing también traía un bicampeonato a cuestas, y se avecinaba su primer gran compromiso internacional. Uno de los primeros goles oficiales de Delgado en Boca fue el que igualó la serie ante River en los Cuartos de Final de la Libertadores de ese año. Pavada de gol.

Mauro no será tal vez el jugador que se ponga el equipo al hombro, tampoco se le exigirá eso en un contexto donde sus compañeros vienen de un bicampeonato y tienen probada historia en el club. Mauro será -repetimos- jerarquía: será variante, opción o estrella. Lo que él elija y hasta donde le dé, pero será capaz de escribir su historia con la tranquilidad que le da el respaldo de un plantel y de un cuerpo técnico que lo fue a buscar señalándolo como el hombre que puede mejorar la ecuación.

Gonzalo Suli

Periodista. En Twitter @gonsul.

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