Locos desmemoriados
Mientras en redes, en el bar o en la oficina discutían a los gritos “¡hace años que no juegan a nada!”, la publicidad del Mundial de Clubes, con nuestro escudo en todos lados, te invadió.
Y te pegó una amnesia total.
Tácticas, juego, estrategia… todo quedó en pausa.
Lo reemplazó algo más fuerte: la emoción de estar ahí.
El escudo, la camiseta, la historia. La locura azul y oro.
La amnesia fue selectiva: se olvidó de los malos momentos
y dejó fluir ese fuego bostero que te recorre desde la infancia.
Ese día, un impulso incontrolable te hizo clickear un pasaje en turista a Miami.
Sin mirar el resumen de la tarjeta, sacaste la entrada.
En el laburo no dijiste nada, pero la sonrisa a lo Miguel no se te borró más.
Ni los gastos, ni la cuenta en cero, ni ese jefe que exige y no paga te la podían sacar.
Tenías el optimismo de Martín, esquivaste las deudas como Román, pusiste la garra de Blas. Solo faltaba que llegue el día.
Y llegó.
Esa mañana, en la radio sonaba “Chau”. La mejor señal.
Te paraste frente al espejo, te pusiste la de Boca, y el viaje ya había arrancado.
Afuera hacía seis grados, pero vos te vestiste de destino:
pantalón del ‘99, la del 2000 con Quilmes al pecho.
En la valija, la del Chapa Suñé, la del Diego que siempre va con vos,
sticker gigante, bandera, gorrito y vincha.
Ropa, poca. Ilusión, toda.
Un rollito de dólares de cueva, pasaporte gracias al Nonno
y un inglés más cerca de Carlitos que de Mac Allister.
Ya estás en el taxi rumbo a Ezeiza.
El tipo habla todo el viaje, pero vos solo pensás en llegar.
En el hall, más locos como vos.
Una marea bostera que te hace olvidar el miedo a volar.
El avión ya no es avión: es un bondi de González Catán a la Boca por Laguna.
“¡Dale Boca!” tapaba cualquier intento de las azafatas por explicar algo.
Ocho horas después, Boca no durmió.
Y estás en Miami.
Se suman más locos por Boca.
Hablan distinto, sienten igual.
Hasta los controles de ingreso terminan tarareando.
Boca es grande por su gente.
La que llena desde la Bombonera hasta Japón.
La que hizo temblar el Maracaná y ahora va por tierra de gigantes.
El cuerpo no da más, pero adentro tuyo una voz te dice:
“Un poquito más”
Y allá van todos,
a ver faraones y mesías,
con un solo grito de guerra:
¡DALE BOCA!
¿Miami? Azul y oro 😎🇸🇪#FIFACWC #TakeltToTheWorld pic.twitter.com/lX7COc5LOD
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) June 15, 2025