AIRE ACONDICIONADOR

Se viene otro clásico más, el partido más caliente y en el estadio con más pasión y temperatura del mundo.

Del otro lado, habíamos notado como se jactan de -para ellos novedad- completar la capacidad su estadio en partidos comunes (mientras sirven hamburguesas con bacon y abunda el olor a perfume), de exhibir juegos de luces (formando figuras como las hornallas, quizás buscando generar calor), de colocar mosaicos en las plateas (para evitar tener que alentar). Si, de europeizar el fútbol nuestro.

Pero su esencia no la iban a cambiar y desde hace semanas que vienen -con los grandes medios deportivos como aliados- acondicionando (?) al árbitro. Lo hacían sin saber cuál iba a ser el designado. Gastados los ilustres Pitana, Rapallini, Loustau, Delfino y Vigliano (a este siempre lo cuelan en el VAR, y todavía sigue sin ver el penal de Pinola a Salvio en la semi 2019), para este Boca-River nuevamente estará Herrera como árbitro principal.

Si bien los números de Herrera con Boca son buenos, no menos cierto es que esos 32 partidos (16 ganados, 12 empatados y 4 perdidos) no distan mucho de los números normales de Boca en el fútbol local (incluye Copas domésticas). Seamos justos, en los clásicos con Herrera nos va bien. Pero ya llegaremos a analizar cómo dirige los mismos….

Aun así, el neuquino tiene una lista interesante de fallos arbitrales para con Boca (ya hablaremos en clásicos). Pongamos uno por año. Recordemos el penal sancionado a favor de Huracán, que fuera cobrado en la última jugada del partido -año 2017- mientras disputábamos el torneo con River.

En 2018, Gigliotti, estando amonestado, le deja la plancha a Buffarini a la altura de la rodilla.

El 2 a 2 con Racing dejó este agarrón a Pavón sin cobrarse  https://content.jwplatform.com/previews/YFGTKaOE

Sumado a que el primer gol de Racing fue en offside y que Coudet se mostró algo enfurecido (?) al final. Agreguemos la falta que le cobra a Hurtado en un gol del Venezolano a Newell´s

Recordemos que en el año 2016, Teo Gutiérrez, jugando para Rosario Central en la Bombonera, festejó un gol de cara a los hinchas de Boca, provocando como es su estilo. Herrera, con la amarilla en la mano (la segunda que no le había sacado a Ponzio unos meses antes), fue inmediatamente rodeado por jugadores de Boca. Así, empujones y demás, tardó 5 minutos en expulsarlo (y de paso, merced a ello, sumó Ricardo Centurión de Boca).

Dejo una final para el final. La jugada a fines del  año pasado contra Talleres de Córdoba. Por lo grave que pudo haber sido (influencia en el resultado final), nadie puede soslayar su infalible muñeca para no expulsar a Martino y a Auzqui en la final de la Copa Argentina 2020. Ese día hizo malabares para no mostrar dos rojas de un lado, pero luego no tuvo el mismo tacto y lo expulsó a Ramírez (no puedo aseverar si hubo falta), dejando a Boca con 10 jugadores en Santiago del Estero.

Podría seguir, incluyendo como desde el VAR inventó un penal para River, en un reciente partido contra Banfield. En ese cotejo, el Taladro lo ganaba cómodo, pero con el penal River lo empató, resultando tan burdo que hasta Beligoy tuvo que pedir disculpas por el disparate sancionado y lo pararon a Herrera.

Listo, mejor vayamos a lo importante. Después del bochorno (otro más) de Germán Delfino en la ida de la Copa Libertadores 2015, Herrera es designado por Conmebol para la revancha en la Bombonera. Como en la Sudamericana 2014, Conmebol le garantiza a River a Delfino de local y uno joven en vuelta. El ridículo arbitraje de Trucco (debió expulsar 4 jugadores de la visita) no podía repetirse.  Era el turno de Herrera.

D´Onofrio, mostrando un dominio absoluto de la escena, nos cuenta que los de River debían confiar. “Si dirige mal, chau”  https://www.ole.com.ar/river-plate/donofrio-hablo-de-la-designacion-de-herrera_0_Hyl6sTCqhx.html

Recordemos que River pedía a Pitana (la Conmebol ya le había dado el tándem Delfino local con Pitana visitante en la final de la Recopa Sudamericana jugada con CASLA). El show mediático no pasó desapercibido: antes del minuto Daniel Osvaldo ya estaba merecidamente amonestado. Luego fue el turno de Gago, por un no foul a Sánchez (en la ida hubo un golpe sin pelota de Sánchez a Gago, frente al linesman). Boca terminó con cuatro amonestados en 45 minutos (River debió terminar con 3 expulsados en la ida). Todos sabemos lo ocurrido luego.

Su segundo clásico lo dejó en offside. Con Ponzio amonestado (debía dos rojas claras de clásicos anteriores. Estamos hablando del jugador que era mirado por todos (Me acuerdo de como Rojo fue rápidamente por Rapallini), el rosarino comete dos faltas de tarjeta (la que le hace a Erbes fue grosera). Herrera, rodeado de Xeneizes, eligió no aplicar el reglamento y Gallardo lo expuso al árbitro al sacarlo a Ponzio en pleno primer tiempo. El gol de Lodeiro lo ayudó a tapar su descuido.

No iba a repetir esa omisión. Para su tercer clásico ya había aprendido: si tenía que sacar una roja en el primer tiempo, Herrera iba a hacerlo. Al inicio del partido lo expulsó a Pablo Pérez. Severidad cuando quiso.

Y en su último superclásico, el del gol de Villa, no hubo ninguna jugada que amerite ser nombrada.

Así llegamos al partido del domingo: con los aires acondicionadores del otro lado, con el constante silencio del nuestro.

Esperemos que Herrera sea severo y justo para ambos equipos. Que no repita su muñeca selectiva como en la final contra Talleres. Que sea justo  como con su amarilla antes del minuto a Osvaldo o la roja a Pérez antes de los 10, pero que no mire al costado como con la NO doble tarjeta amarilla a Ponzio. Que no se deje llevar por la presión externa, y tampoco por Vigliano desde el VAR. Que tenga un buen partido y que nadie se acuerde que estuvo en el campo de juego.

Leandro Valdés

Abogado. Periodista. Escribí Los verdaderos Mellizos de la Boca y  Mística 2000.

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